¡Oh cenizas de mártires sin cuento, héroes de fe y esfuerzo sobrehumano! (José Beltrán)
Aprovechando el magnífico monográfico de Desperta Ferro y de mis recuerdos del sitio comento uno de los acontecimientos más conocidos de la GCE. Tiene un halo de resistencia heroica ante la devastación total, sistemática, llevada a cabo por los republicanos. Pero es mucho más que eso y que cualquier conocedor mediano de la GCE ve repetido muchas veces en ambos bandos. Me explico a través del contexto: ha caído Vizcaya, Santander está a punto y los sublevados ya apuntan a los últimos reductos del Frente Norte en el oriente y centro de Asturias. El mando republicano, al objeto de dar oxígeno al norte, diseña una operación para tomar Zaragoza y distraer tropas del citado Frente. Lanza un potentísimo ejército con 80.000 hombres, pero pese a su gran superioridad, la operación perfectamente diseñada sobre el papel se les complica, una vez más, sobre el terreno. La potente máquina de propaganda republicana necesita «vender» algo ante el fracaso de la operación. A pesar de que tenían órdenes de que los pueblos como Belchite, de poca o nula importancia estratégica, simplemente se soslayasen y se avanzase hasta la capital maña, además de no cumplir las órdenes al 100%, tras el fracaso, ven en estos pueblos un objetivo a vender como victoria.
Por su parte los franquistas dan orden de resistir la posición; insisto, de escaso valor militar, incluso cuando tratan de auxiliarlos y se encuentran con la carretera cortada y numerosísimas tropas republicanas en los alrededores;da igual, siguen insistiendo en la defensa férrea.
La consecuencia: 5.000 muertos entre los dos bandos en la lucha entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre de 1937.
La Pasionaria entra «orgullosa» con las tropas que devastaron un pueblo auténtica joya del mudéjar. En el otro lado, los franquistas «orgullosos» de esa defensa numantina que cuando dieron la orden de escapar dejó vivos a sólo 150 de los más de 2.000 defensores iniciales de Belchite.
Esta «píldora» no da para más y no hablamos de la violenta represión por ambos bandos. Aragón había quedado dividido como pasó en gran parte de España. Las derechas ganaron las elecciones en la provincia de Zaragoza, pero por menos de 10.000 votos. Belchite estaba prácticamente al 50%, así que imaginen.
La historia bélica de Belchite se acaba en los primeros meses de 1938 cuando los nacionales la vuelven a ocupar sin apenas resistencia.
Un lugar de historia viva que merece la pena conocer.