Hay una creencia generalizada de que un artillero, el general Pavía, entró con su caballo en el Congreso blandiendo un espadón para acabar con la desastrosa Primera República. Pero ni él ni su caballo llegaron a entrar, aunque en el imaginario colectivo persista esa idea peregrina.
De hecho, lo que hizo fue mandar una nota al presidente del Congreso, Salmerón, de que desalojase.
Un poco antes Salmerón había dicho que «antes morirían allí que abandonar su puesto«, pero el «heroísmo» duró una media hora, el tiempo que tardó en llegar una dotación de la Guardia Civil con la orden de desalojo, saliendo todos ordenamente.
-
Entradas recientes
Comentarios recientes
- Antonio en Trubia con su Fábrica de Armas desde Las Cuestas.
- Cristina en Guerra Civil: el mítico Monte Los Pinos (telegráficamente contado). Píldoras de Historia (XVI)
- Isla de Ré: fortificaciones y playas de película – Antonio Cuestas en La Filarmónica de Viena y el Muro Atlántico con ARAMA (Píldoras de Historia XII)
- Maria en Guerra Civil: el mítico Monte Los Pinos (telegráficamente contado). Píldoras de Historia (XVI)
- RAMON RODRIGUEZ S en Guerra Civil: el mítico Monte Los Pinos (telegráficamente contado). Píldoras de Historia (XVI)