Sita en La Matiella de Bonielles (Llanera) está muy afectada por la maleza, pero aún se puede observar el grueso techo de hormigón de casi un metro y medio que la cubría. Si bien sólo se muestra una parte, la otra está totalmente tapada.
Así quedó, partido y apoyando en el suelo a la finalización del conflicto, una vez quitado el hierro (gran escasez de acero), de los raíles que la sustentaba. Hasta donde yo sé, la única casamata en Asturias que conserva, aunque sea de esta manera, el techo. La gran avidez por el metal se llevó por delante todos los techos.
El Naranco se interpone en la dirección de tiro hacia la capital de provincia más destruida en la GCE; así que, según cuentan, bombardeaba Oviedo pasando el proyectil por encima del mítico monte.
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